Día 12: Oetz

Ruta: Kaunertal y Stuibaifalls (182 km)

Hoy volvimos a tener suerte, el día amaneció bien, así que decidimos ir a uno de los valles que nos habían recomendado; elegimos el Kaunertal, ya que la tarde anterior habíamos encontrado un folleto y tenía buena pinta.

KAUNERTAL

De camino hay un túnel de 7 km, que largo (el más largo que nosotros hemos cruzado), y que tranquilo es todo aquello. Fuimos haciendo paradas en la mayoría de puntos indicados en el mapa, este valle lo bonito que tiene es que se bordea un precioso lago. Peaje: 20 €.



Las vacas y las cabras abundan sobre todo hacia el final de la carretera.


Llegando arriba hay un laguito muy pequeño de aguas increíblemente azules.




Al llegar arriba estaba algo nublado, así que la sensación era más fría que otros días, creo que estábamos a 5º, aquí había algo de nieve. No subimos en el teleférico porque no se veía muy claro como estaría el tiempo arriba (valía 14 €), ni fuimos a una cueva de hielo que hay cerca, porque no llevábamos calzado adecuado.


Luego empezamos a bajar y ya paramos en pocos sitios, porque la mayoría de las paradas las hicimos al subir, ya casi al final paramos a comernos unos sándwiches.

Estando aquí vimos algo que nos sorprendió mucho, paró un autobús matricula holandesa, empezó a bajar gente mayor y vemos como abren maletero y los abuelos mas ágiles (todos a una) empezaron a montar una mesa, varias banquetas, sacaron neveras, bolsas de comida, incluso llevaban su propia papelera y se montaron un picnic que no veas.

Después volvimos hacia la zona del hotel, y fuimos hacia unas cataratas que teníamos muy cerquita.

STUIBAIFALLS

Se encuentran fácilmente, en Umhausen se coge el desvío dirección Niederthai y ya llegas al parking. Al poco de comenzar el camino comenzó a chispear, aguantamos un poco la lluvia, luego se animó, nos pusimos los chubasqueros, pero no hacía frío, así que empezamos a sudar, llegamos a la catarata, paró de llover, nos quitamos los chubasqueros, pero estamos remojaditos y muertos de lo que habíamos sudado, así que seguimos un poco y ya bajamos.



Cerca del parking encontramos una máquina expendedora muy curiosa, ni más ni menos que de leche, tenían 3 tamaños de vasos. No la probamos porque no nos gusta nada la leche blanca.



Volvimos al hotel a ducharnos y descansar un poco antes de cenar, no es que hayamos hecho mucho, pero como no tenemos ninguna costumbre de conducir por montaña, al final te cansas.

Bajamos a las 7 a cenar, y después aprovechando que en ese preciso instante no llovía (durante la cena llovió y dejo de llover 2-3 veces), paseamos un poco y luego nos tomamos una cerveza. Después al hotel, recoger cosas, descargar fotos, un poco de tele y a dormir.

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