Día 6: Hallstatt

Ruta: Gosausee (44 km)

El día amaneció nublado. Elegimos primero el paseo en la barquita, no fuera que luego el día empeorara. El Dachstein, que es la montaña que está al lado, también se veía arriba nublado.

El paseo estuvo bien, pero hubiera sido más bonito con sol, porque al ser un valle tan cerrado, quedaba algo oscuro, también nos quedamos sin una buena panorámica porque habían un par de grúas que afeaban mucho la típica foto de postal. El paseo en barco fue también de 30 minutos y nos costó 10 €.

Y como el tiempo seguía igual, el siguiente destino fueron las minas de sal, que era algo que teníamos en duda.

Había que abrigarse, ya que la temperatura en su interior es entre  8º y 10º, así que pasamos por nuestra casa (que nos pillaba de camino) y cogimos los forros.

SALZWELTEN [MINA DE SAL]

Se llega en funicular y luego hay un pequeño paseo de unos 15 minutos. Horario funicular: 9 a 18. Horario mina: 9’30 a 16’30. Precio ida y vuelta funicular Salzbergbahn y entrada mina: 22 €, llevábamos unos pequeños descuentos de 2 € cada uno.


Antes de entrar pasas primero por un vestuario, donde te dan una chaqueta y un pantalón de una tela fuerte; llevábamos puesto el forro, el chubasquero y la chaqueta que nos dieron, todo puesto encima. No nos enteramos mucho de la visita pero fue bastante divertida, ya que hay 2 toboganes y se acaba en un trenecito. No era de nuestras preferencias pero el día no acompañaba. La visita total duró casi 2 horas.

Al salir de la mina llovía bastante, esperamos un poco, pero como no paraba decidimos bajar de vuelta al funicular, el paseo que al ir fueron 15 minutos cuesta arriba, ahora cuesta abajo y lloviendo, no llegaría ni a 10. Nos mojamos un poco, ya que aunque llevábamos chubasquero, como no llevábamos mochila, pues tampoco llevábamos paraguas.

Pasamos por la casa a por los paraguas, y sin entretenernos directos a comer a un sitio cerquita, y luego al súper a comprarnos pan, fiambre, y bebidas para cenar en la habitación, y así evitar los problemas de ayer con las horas.

Luego ya volvimos a la habitación y como no íbamos a salir en un rato, nos secamos y esperamos que lloviera menos. Sobre las 4’30 volvió a salir el sol así que sin perder tiempo fuimos hacia Gosausse, que nos pillaba a 15 minutos. El día había despejado mucho, y nos hubiera gustado ir al Dachstein, pero cerraba en 1 hora, y no daba tiempo.

GOSAUSEE

Fue la gran recomendación de un amigo, sino quizá nos lo hubiésemos saltado. Es un pequeño lago pero de un gran encanto, rodeado de verde e incluso en verano con nieve en las cumbres; es una preciosidad, porque de un vistazo se divisa todo el lago. El paseo alrededor del lago dura aproximadamente 1 hora. Aquí aunque había gente paseando, la tranquilidad y el silencio eran espectaculares, creo que fue uno de los mejores paseo que dimos; además la gente muy amistosa te saludaba y todo.



Creo que fue el lago que más me gustó de todo el viaje; aunque eso a veces también depende un poco de la luz que uno se encuentre.


Después del paseo, y sentarnos un rato para admirar tan bello paisaje con el Dachstein al fondo, decidimos volver a Hallstatt. De camino a la casa, el panel de control del coche nos marcó algo.

Fuimos directos a la casa, lo primero que hicimos fue ir al ordenador de la casa a traducir el mensaje, que era que le añadiéramos 1 litro de aceite, pero como eran las 8 de la tarde, lo dejamos para mañana. Y lo siguiente que hicimos fue llamar a un amigo mecánico para comentarle lo del aceite, y nos dijo que grave no era, ya que sino hubiera salido el aviso de la luz roja, pero que tendría algo bajo el nivel de aceite y al movernos por montañas, seguramente iría saltando el aviso continuamente, así que lo mejor era ponerle el litro y olvidarnos.

Nos quedamos en la casa, Hallstatt ya la habíamos visto de sobra la tarde anterior, y además estaba más nublado que ayer, y tampoco hacía falta salir a cenar. Así que nos quedamos en la habitación, cenita, un poco de tele y a dormir.

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