Día 7: Berchtesgaden

Ruta: Obertraun y Berchtesgaden (123 km)

Despertador 7’30, recogimos rápido y a desayunar, le comentamos al Sr. de la casa el tema del aceite, y se ofrece a llamarnos a la gasolinera del pueblo; y le decimos que sí, porque el llamar a la compañía nos habría hecho perder mucho más tiempo.

Hacemos el check-out, nos despedimos de él, llama a la gasolinera, y vamos directos (estaba a 1 minuto), la tía nos estaba esperando, con decirle tan solo el nombre de la casa, cogió el aceite, abrió el capó, lo puso y ya está, nos costó 20 € pero bueno que le íbamos ha hacer. Llenamos el depósito y fuimos a Obertraun, que está a tan sólo 5 minutos, para subir al Dachstein, ya que el día está despejado.

DACHSTEIN

Este teleférico sube hasta un mirador conocido como los “5 fingers”, tiene 3 secciones, y para llegar a dicho mirador, hay que subir hasta la sección 2 – Krippenstein. Precio ida y vuelta: 22’70 €

Como son 2 tramos hay que bajarse para cambiar de teleférico, pero te puedes entretener bastante con la webcam y la temperatura e imágenes de la cima, en la actualidad y en horas anteriores. Normalmente en las cimas de de las montañas, se estaba alrededor de 10º.

El paseo desde la estación del teleférico hasta el mirador son apenas 15 minutos, eso sí, con un viento bastante fresquito. Este espectacular mirador de los “5 dedos” está en una plataforma a 2.100 metros de altura, lo que pasa que no impresiona mucho porque bajo no hay un gran vacío, yo que soy un poco de vértigo, me asomé y todo; por ejemplo el de Fuente De da mucho más vértigo.




Al ver unas nubes muy negras decidimos emprender camino de vuelta al teleférico, no nos fuera a pillar una tormenta allá arriba. Al final había habido suerte y en el último momento antes de irnos, subimos al Dachstein.


Después rumbo a Berchtesgaden, con la intención de comenzar por el Nido del Águila, hasta allí teníamos 1’15 horas de viaje.

KEHLSTEINHAUS

Una vez en las inmediaciones de Berchtesgaden, hay que coger dirección Documentation o Obersalzberg, se llega al parking, que funciona también por el sistema de hora y que vale 3 € para todo el día, pero cuando nosotros nos disponíamos a bajar, el coche de al lado se iba y nos dio el ticket.

Compramos los ticket del bus+ascensor que valen 15 €, cogimos el bus de las 13’30, la subida en el bus que dura unos 20 minutos más o menos es impresionante, las rampas son de aupa. Al llegar a la explanada de arriba nos recibió una niebla bastante espesa, allí hay una caseta donde reservas la hora del bus para bajar, nosotros reservamos el de las 15’35. La frecuencia de los buses tanto para subir como para bajar suele ser de 25 minutos.

La loma de la cima Kehlstein, se encuentra 1.834 metros, para el que no lo sepa, esta casa fue un regalo oficial del partido nazi a Adolf Hitler por su 50 cumpleaños; debía haber sido una casa para que Hitler recibiera a los diplomáticos pero en realidad la odiaba por la claustrofobia al ascensor y el miedo a las alturas. Es curioso que le hicieran un regalo que sabían que no le iba a gustar.

Al llegar arriba, con la niebla tan espesa la visita fue más que rápida. Así que como nos sobraba tiempo, decidimos comer en el restaurante; para no perder tiempo ni nos lo pensamos 2 wienerschnitzel y 2 cervezas, nos sirvieron súper rápido, y la comida así como el precio, estaba bien; al final hasta nos sobró tiempo.


Al llegar a la explanada, la niebla todavía era más espesa.

Y al llegar al parking donde teníamos el coche llovía, así que nos fuimos hacia nuestra nueva casita. Nuestra intención era hacer la Rossfeld Panoramastrasse, que es una carretera panorámica que estaba muy cerca de allí, pero el día no estaba para eso.

Con la ayuda de Esme, llegamos a la casa sin problemas, hicimos el check-in, y como no paraba de llover y teníamos wifi gratuito (aunque en su página web no ponía nada), aprovechamos para actualizamos con el correo, y otras páginas habituales.

A mitad tarde y como ya llovía menos, cogimos el coche y fuimos a Berchtesgaden a tomarnos una cerveza, la visita de la ciudad la dejamos para el día siguiente a ver si teníamos más suerte con el tiempo; tras la cervecita volvimos a la casa.

Lo que nos hemos dado cuenta en este viaje, es que aunque sean horas de comer y cenar te puedes tomar una cerveza, porque por aquí a nosotros ya nos ha pasado más de una vez que si tienen las mesas puestas para cenar, no te puedes tomar una cerveza, aunque el local este vacío. Al principio preguntábamos si era posible sólo tomar unas cervezas, pero es que este día nos pusieron cara de “que pregunta más rara, no ves que hay sitio”.

Al volver a la casa apenas llovía, así que nos dimos una vuelta por los alrededores, la verdad es que la situación de la casa estaba muy bien, porque teníamos el lago y el teleférico a un paso, no hacia falta ni coche.


Acabamos cenando en McDonal’s, porque no había mucha hambre y por no ponernos a buscar un imposible a esas horas.

Luego volviendo a la casa vimos un restaurante abierto que fichamos para el día siguiente. Un poco de internet, un poco de tele y a dormir.

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